No soy experto en cine, ni en teatro, ni en nada. Simplemente me gusta ir cada que puedo y a veces hasta cuando no puedo. Hoy era uno de esos días en que no podía, pero al ver la cartelera me dieron muchas ganas.
A veces una película regular se convierte en una memorable si en vez de ir al cine la vez en la recamara o en el sofá al lado de la persona que amas. Por eso hoy me fui a los cines y el teatro de a solapa, y casi siempre hago eso. Y fue genial, y no quiero dejar de recomendárselas para que vayan.
EL SECRETO DE SUS OJOS
Recuerdo haberme emocionado bastante hace algunos años después de ver una película al grado de llegar a casa y hablar con mi gente de ella con un entusiasmo comparable al de un escuincle a su regreso de Disneylandia. A la fecha es una de mis favoritas y la sigo recomendando. Tal película se llama “El hijo de la novia”, es argentina, fue dirigida por Juan José Campanella y protagonizada por Ricardo Darín llamado “el mejor actor del mundo” entre burlas y veras por Sergio Zurita.
Dicho tandem se vuelve a reunir, filma otra película y se gana el Oscar a película en lengua extranjera. Tal filme se llama “El secreto de sus ojos” y por fin llegó a las pantallas mexicanas este fin de semana. Confieso que ya la habia visto hace un par de meses en un DVD que si yo tuviera hijos, avergonzados dirian que “tienen un papa pidata” pero ya fui a verla a la pantallota del cine y me volví a emocionar o quizás un poco mas. Contrario a Daniel Rabinovich de “Les Luthiers” quien en un sketch aseguraba haber visto una película dos veces, con la salvedad de que en la segunda ocasión no le entendíó.
El secreto de sus ojos es un trhiller policiaco, pero es también una historia de amor, y tiene dosis de comedia, es decir que quien vaya a ver esta película lo mismo se emociona, se sienta al filo de la butaca, rie y hasta suelta su lagrima. Comienza en el presente cuando Benjamín Esposito (Ricardo Darín) un detective retirado con afición por la escritura decide intentar una novela recordando un caso que lo dejó marcado. Transcurría 1974, a su lugar de trabajo llega una mujer hermosa llamada Irene (Soledad Villamil) a ocupar el puesto de su nueva jefa, a Esposito le ocurre el “amor a primera vista” pero sin atreverse nunca a actuar al respecto.
Al mismo tiempo sucede un crimen, una joven mujer es violada y asesinada y el es asignado para resolver el caso. Parece lograrlo pero llegado el momento se encuentra con todo en su contra y tiene que escapar. La acción regresa al presente, a reencontrarse con el caso y con su amor platónico de aquel entonces. Y obvio que aquí les dejo de contar la trama pa que no le zumben los oidos a mi sacrosanta jefecita.
La dosis de comedia que mencioné corre a cargo de Guillermo Francella, a quienes muchos recordarán por hacer el papel de un buscador de talentos y promotor argentino en la película “Rudo y Cursi” aquí hace el papel de compañero de trabajo y amigo del protagonista, pero lejos de ser un patiño de esos que parecen no tener vida propia y solo existen en las películas o series para escuchar al amigo y hacerse el chistoso. Aquí Francella hace a un policía alcohólico pero leal y a la postre fundamental en la búsqueda del asesino. Por si fuera poco, para los amantes del futbol o “fúrbol” como dicen los argentinos tambien da esta hermosa película, he visto muchas con trama deportiva y puedo asegurar que nunca haba visto una secuencia igual a la que vi aquí, transcurre sin cortes, comienza con una toma aerea del abarrotado estadio del equipo Huracán durante un encuentro nocturno entre este y el Racing Club de Avellaneda, con la narración del radio. La toma vuela sobre la cancha durante el partido, se va a las tribunas sobre las cabezas de los espectadores y hasta colocar en primer plano a los protagonistas, hay una persecución y termina otra vez en la cancha. Es vertiginosa, muy emocionante. Además hay mención a dos futbolistas que jugaron en México, que solo los muy clavados al soccer como yo alguna vez lo fui conocen, se trata de Brindisi, quien dirigió al Atlas y Ataulfo Sanchez, quien defendió el arco del glorioso América.
En fin, que de verdad, si quieren pasar un par de horas viendo una gran película no dejen de ir al cine a ver esta joya, que se llama “el secreto de sus ojos” por que hace mucho énfasis en ello, tanto la trama, como la cinematografia están basadas en las miradas de los protagonistas.
ABEL
Un niño gordo actuó al lado de Gael Garcia Bernal y Ludwika Paleta en “El abuelo y yo”, después fui hijo de Huicho Domínguez y la tesorito en “El premio mayor”, luego se dio su besote con Gael, ha sido adoptado por Kevin Costner en un western, se casó con Zoé Saldaña y fue amigo de Tom Hanks en “la terminal”, ha sido un imitador de Michael Jackson, un estafador al lado de John C. Reilly, y muchos papeles mas, ya había dirigido un documental acerca de la vida de J.C. Chávez y hoy presenta su primer largometraje. Sin contar que está casado con Camila Sodi, que ya con eso me pude haber ahorrado todo lo anterior para que se merezca el respeto de todo mundo. Si señores, a Diego Luna parece salirle todo bien. Pues Abel, está muy buena.
Narra la historia de Abel, un niño con un trastorno de personalidad que lo hace asumir el papel del jefe de la casa, se cree el padre de sus hermanos y marido de su mamá. Su verdadero padre está ausente, se fue a Estados Unidos y han dejado de tener noticias de el, la mamá se las ve muy difícil para poder mantenerlos. La historia transcurre en Aguascalientes en la actualidad, la madre trata de no llevarle la contraria y le pide a sus hermanos hacer lo mismo, ya que ello lo afecta mucho y significaría que se lleven a Abel a la ciudad de México para ser atendido. Quizás un pensamiento egoísta, preferir tener a un hijo enfermo pero en casa que ser atendido aunque lejos de ella, pero francamente yo no me atrevo a juzgarla así, ya que ni soy mujer ni me ha abandonado mi esposo, ni he sido madre, ni mis hijos es lo único que tengo, ni soy nada, yo soy ebanista y estoy barnizando esta madre. Ok, eso ultimo es parte de un chiste de polo polo, pero me dieron ganas de decirlo.
Un día súbitamente se aparece el papá de Abel quien muy quitado de la pena regresa a su casa a reclamar su lugar y se suscitan un lógica serie de desencuentros y enredos debido al padecimiento de Abel y el resentimiento de la mamá y hermana y confusión del mas pequeño de la familia. La gente nos reímos tanto en el cine que se podria decir que esto es una comedia pero con tintes dramáticos. Como la vida. Muy buen reparto encabezado por unos niños tiernísimos que según se, no son actores pero fueron capacitados después de un casting, Karina Guidi en el papel de la mamá y ese gran actor llamado José Maria Yaspik personificando al papá, luciendo una panzota chelera y haciendo un papel que a todos nos divierte pero nos deja ver a un perfecto desgraciado. Actuación especial además de Carlos Aragón, un gran actor a quien muchos conocen por un comercial en el que vende su estomago por que ya no aguanta el ardor, y a mi me encanta y me divierte mucho cada que lo veo en ese gran programa de Canal Once llamado “¿Quien dijo yo?” en donde cinco verdaderos actores juegan a improvisar. Muchos dicen que hay que apoyar al cine mexicano, por que es mexicano, yo a esta la recomiendo ampliamente no por mexicana, si no por buena. Hagan buen cine y me cae que la industria camina, hagan porquerías como “paradas continuas” “así del precipicio”, “ladies night” y verán que no se les paran ni las moscas.
TRABAJANDO UN DIA PARTICULAR
Hay grandes obras de teatro en las que se invierte bastante en escenografia, vestuario, efectos, un enorme inmueble para escenificar, en la cual los actores son glamorosos. Esta, no es una de esas obras.
Yo no sabía donde estaba el teatro “el milagro” solo sabía que en la calle de Milán, la cual tampoco sabía muy bien donde se localizaba, tenia una idea, tampoco es que la estuviera yo buscando por la villa, el caso es que estaba yo en el centro, saliendo de ver Abel, agarré un taxi y le dije al ruletero “lleveme a Milán”
-Uy joven, yo nomas aquí en el Distrito, si salimos al Estado de México es lo doble, pero ya Milan está de al tiro lejos.
-La calle de Milán.
-Jajaja, ya se hombre, un chascarrillo, animo! ¿Donde queda esa calle?
Me aterré al darme cuenta que me habia subido al taxi de un comediante que no conocia las calles.
-Pues no sé, creo que por aquí, antes de llegar a Reforma, ¿pues que usted no sabe?
-Pus soy taxista no la guia roji, ahhh, ya se, es una callecita que está aquí cerca, que lugar busca?
-El teatro el milagro
-No pus sepa la bola, está cortita la calle, lo dejo alli y ahí lo busca si quiere.
Al llegar a Milan encontré una referencia que me dijo sin duda que ahí era el teatro.
-Ah mire, déjeme ahí!
-¿Dónde?
-Alli, junto a Giménez Cacho.
-¿Quién?
-El señor de camisa verde.
Me bajé y habia unas cuantas personas, el teatro no tiene cara de serlo hasta que no ves el anuncio de neón que al estar apagado pues no se notaba. Unas de esas personas eran Laura Almelo y Daniel Giménez Cacho, ella sentada en la banqueta tomandose una Coca-Cola y el de pie platicando con ella mientras disfrutaba un trago y fumaba un cigarro. ¿Me veré muy naco si le pido tomarse una foto conmigo? –pensé- Después de meditarlo unos instantes y fumar para calmar mi ansiedad (ignoro por que, pero me da muchos nervios la gente famosa, los sigo considerando de otra galaxia) decidí que si, que si me vería de al tiro muy naco.
Así que le pedí a un extraño que me la tomara y a Daniel que si se tomaba una foto conmigo, ambos accedieron gustosos. Compré mi entrada, el costo es muy accesible comparado con otras obras. No manches, en promedio el teatro comercial hoy en dia está en 400, 450, pero para ver Mamma Mia, o el musical de Timbiriche tienes que pagar 750 del aguila! Pues ni que incluyera brinco con Ana Brenda. En fin, aquí cuesta 140 y los viernes 50 varitos. Le pregunté al muchacho que me vendió el boleto si ya podía pasar y me dijo “no, es que es arriba la obra y hasta que se les avise pueden acceder. Ni hablar mujer, traes puñal. –Pensé con el tonito ese de Nosotros los Pobres, que sale a cada rato en la tele y ya hasta me sé los diálogos-.
En eso entro Giménez Cacho y nos dijo a todos ¿comenzamos? Nos quedamos viendo unos a otros preguntandonos ¿Y por que nos pregunta a nosotros? Pero accedimos con la cabeza. Asi que lo seguimos por las escaleras, llegamos al foro, un teatro de regular tamaño, es decir, no tan grande como el Metropolitan pero no tan pequeño como La gruta, y mientras ocupabamos nuestros lugares, nos dimos cuenta que la obra ya habia comenzado desde la calle, me tocó muy buen lugar, aunque de cualquier punto se ve bien. En cada esquina del escenario y a unos centímetros de los espectadores se comenzaron a vestir los protagonistas. Jiménez Cacho se queda en calzones para ponerse los pantalones y zapatos de su personaje, después se quita la camisa verde que traia y se enfunda la blanca que estaba alli, Laura Almelo se mete dentro de un vestido y se saca los pantalones, y comienzan a acomodar las cosas de la estenografía, una tina con sabanas y ropa, una mesa con mantel, una silla, una pistola, una maleta llena de libros y lo demás….lo demás no habia. Pero también lo colocaron o mejor dicho, lo dibujaron.
Ambos actores sacan sus gises y se ponen a dibujar unas ventanas, una jaula, un retrato de una viejecita. Todo está listo para el inicio, así que arranca la obra, las luces y el audio ambiental son operados por …Daniel Giménez Cacho! Quien acciona una mezcladora conecatada a una laptop operada por el con un pequeño control remoto que guarda en la bolsa de su pantalón.
La accion se desarrolla en los treintas, Hitler visita Roma, Mussolinni lo recibe encabezando un desfile junto a el, el Fhurer e Il duche viven tiempos de gloria. La gran mayoria acudió al desfile, pero los protagonistas de esta historia no, la obra comienza simultáneamente en ambas viviendas, el en la suya está a punto de pegarse un tiro, ella en la propia está lidiando con su perico, quien se acaba de escapar de la jaula y se va a parar en la ventana de el, su hasta entonces desconocido vecino. El tiene la pistola en su cabeza cuando suena su timbre, así comienza todo, ella le salva la vida involuntariamente, o mejor dicho el perico de ella, o mejor dicho el destino que quiso que el perico se fuera a postrar alli. O mejor dicho cada quien ve lo que quiere ver. Ella es una abnegada ama de casa, esposa de un militar, madre de seis hijos y orgullosa de estar a punto del premio que le dan a cada familia al llegar a siete. Obviamente admiradora de Mussolinni. El un locutor, soltero, obligado a pagar un impuesto por no tener hijos, “el impuesto del celibato” “Como si la soledad fuera una riqueza” –exclama el- todos reímos en la sala, yo instantes después de reir tragué saliva. El le ayuda a atrapar al perico, después la invita a pasar, le intenta regalar un libro de los que tenia en la maleta, la invita a un café pero ella se muestra cortante, no estaba bien visto estar en la vivienda de un hombre soltero, y menos con una portera tan metiche y chismosa.
Todo transcurre en una tarde, según se nota en el reloj –que también dibujaban y borraban para cambiar la hora- Si hacia falta hablar por teléfono, pues bastaba con dibujarlo en la pared, si había que abrir la puerta, se dibujaba que se abría, faltaba mas. Cada que sonaba un timbre se hacia con un efecto de sonido que emanaba de sus propias bocas, asi a medio dialogo hacen “piiiii, tocan el timbre, quien será?” Una mirilla por la cual ver quien era el que tocaba el timbre era muy util, así que no hacia falta mas que dibujarla con el gis. Rato después el la visita para insistir en regalarle el libro que a ella le había interesado de los que vió en la maleta, ella lo invita a pasar, le ofrece un café y mientras el repasa el album de fotos que contiene una leyenda que dice “Un hombre solo es hombre si es padre, esposo y soldado”. Lo cual lo descalificaba automáticamente pues no era ni padre, ni esposo, ni soldado y habia sido corrido de su trabajo por ser homosexual. No podía estar mas lejos de manera de pensar y ser de esa mujer ordinaria, ama de casa, esposa de un militar, de ideas fascistas. Sin embargo…
Honestamente es uno de las mejores obras que he presenciado, sobra decir que los protagonistas son grandes actores, al terminar la obra se voltean al publico, dan las gracias, y no baja el telón, pues por que no hay telón. Estaba yo esperando a ver si lo dibujaban y cuanto se iban a tardar en ello, pero simplemente se vuelven a cambiar de ropa alli mientras los demas aplaudimos con júbilo (por la obra, no por verlos encuerarse) y Giménez Cacho vuelve a dejar las luces como estaban al entrar a la sala. No se si no ha quedado lo suficientemente claro que me encantó y que la recomiendo mucho y que mejor le apuren a verla por que ya solo estará hasta el 27 de junio según me dijo el muchacho de los boletos y me encuestó al final de la obra.
Camino hacia Insurgentes, abordo el metrobús con destino a casa y no soy el mismo que cuando comenzó la película argentina de mediodía que tanto me gustó, ni antes de entrar a ver Abel, el debut como director de Diego Luna ni antes de la experiencia que fue presenciar “Trabajando un dia particular”.
No soy el mismo por que aparte de ser unas horas mas viejo voy en el metrobus con la sensación de que no se ha acabado la obra que acabo de ver, que no se si la vida imita al arte o al revés. Que todos abordo son una especie de ensamble, coro, elenco de mi obra y yo a mi vez soy el elenco de la de los demás.