Habemus Telefericum

O lo que es lo mismo ¡Don Beto, don Beto! ¡Ya tenemos Mexicable!

 

Como muchos saben el día de ayer nuestro amado presidente don Enrique Peña Nieto (Hasta me sentí Eruviel, su barbero oficial). Vino por estos rumbos ecatepenses a inaugurar el primer sistema de transporte público teleférico del país, al que llamaron Mexicable. Curiosamente Eruviel Avila el gobernador de la voz gangosa y las chapitas en todas las entrevistas lo pronuncia como “Mecsicable” la mitad en inglés y la mitad en español, porque si la raíz “Mexi” no viene de otro lado que de la palabra México que pronunciamos como Mejico, yo pienso que debería de pronunciarse como “Mejicable”. Pero bueno, el cuento es que como se pronuncie hoy se inauguró.

 

Como algunos saben yo vivo en Santa Clara Coatitla, uno de los siete pueblos que dieron forma a este municipio de Ecatepec y que tiene sus orígenes desde épocas prehispánicas, tenemos vestigios arqueológicos, un templo que data del siglo XVII y en general somos un pueblo rico en historia y cultura. Párrafos mas adelante les contaré a que viene todo esto. El caso es que aquí se localiza una de las terminales del recorrido de dicho Mexicable. Entonces relamiéndome los bigotes desde hace algunos días adelanté algo de trabajo y escribí la probable narración de la inauguración de la antes mencionada obra.

 

“El arribo de nuestro amado presidente se dio en medio de vítores y aplausos del pueblo de Santa Clara, que le dio una calurosa bienvenida. Directamente del pueblo de Santa Maria Trompatitlán llegó la banda de alientos para amenizar el evento. Como todo mundo sabe la de allá es una banda dominguera que siempre toca en la plaza con una tuba grandota y unos platillos de lata. El perro que mueve la cola, el niño quiere un bizcocho, la abuela vende galletas y el cura pide devotos.

 

El discurso inaugural de nuestro primer mandatario recordó mucho al pronunciado por la Reina Victoria al inaugurar el Big Ben, lo  cual no es de extrañarse ya que es bien sabido que a nuestro comandante supremo le da por plagiarse los textos de otros.

 

Al culminar el discurso y cortar el listón se dejó escuchar al instante una sonora Diana conchinchina por parte de la banda, se lanzaron al aire cientos de cohetones traídos de Tultepec y donados por don Gaspar Trujillo, el hombre rico del pueblo, con la consigna de no lanzarlos muy cerca de las canastillas para no provocarles alguna avería. El estruendo de los cohetes provocó el estrés de los perros que deambulan por las calles de los alrededores, organizando un coro de ladridos lastimeros;  hecho que a su vez estresó al primer mandatario por temor a las mordidas así que una decena de integrantes del estado mayor presidencial azuzaron a los perros a puntapiés y usando el viejo truco de la piedra invisible. Chuchín, el borrachín del barrio insistía en acercarse al señor presidente para tomarse una selfie, pero un puñetazo en la cara por parte de otro integrante de la escolta se lo impidió. Pasado el desaguisado el primer mandatario al lado de su comitiva fueron invitados al Centro Cívico de la localidad para ser convidados de un ágape que consistía en un molito con arroz y guajolote y un pulque curado de tuna. Al terminar el festejo nuestro amado presidente abordó el air force guan, como él llama a su helicóptero y se alejó por los aires dejando una estela de polvo a su paso  y a una horda de nativos empanizados que nunca habían visto un helicóptero de cerca”.

 

Dicha narración, que aceptémoslo, me había quedado a todo dar. No pudo ser usada por la sencilla razón de que en Santa Clara no ocurrió nada. La inauguración y todo ocurrió en San Andrés. Pues este es una obra que beneficiará única y exclusivamente a los habitantes de San Andres de la Cañada. Población enclavada en las laderas de la Sierra de Guadalupe. Lugar y habitantes contra quienes yo no tengo nada y lejos de eso me congratulo que lo que antes eran terrenos ejidales y bosques silvestres hoy tras el crecimiento acelerado de la mancha urbana se finque como una zona densamente poblada y hay que decirlo, hasta hace un par de décadas una de las que mayor rezago presentaban en el país. Mas gracias a esta obra se eleva el nivel de vida de los que viven por aquellos lados. ¿Qué tanto se eleva? Pues como unos 25 metros, lo que mide el teleférico.

 

Bromas aparte desde las alturas (pues como todo naco que se respete no podía yo dejar de subirme el primer día) se ven mejoras en la zona. Claro que hay que diferenciar entre lo que son mejoras reales y “las mejoras para la inauguración” que como ya se sabe consiste en regalar pintura para que al menos ya se vea igual de pobre pero de colores, empastar artificial y momentáneamente las canchas de futbol llanero y barrer hasta por donde no vaya a ver el señor presidente.

 

Pero lo que yo lamento es que este, Santa Clara, que es el pueblo que dio origen al que ahora será el beneficiario de esta obra no se vea beneficiado en nada más que en la calle donde quedó la terminal pues el resto de las calles del pueblo son una tristeza. Hago un llamado a las autoridades y ofrezco mi colaboración para que este que como mencioné antes es un lugar con bastante riqueza cultural e histórica sea además un lugar digno con pavimentos de calidad, calles limpias e iluminadas y sobre todo seguro para vivir. Rubro este último que es la más triste de nuestras carencias, pues de unos años para acá lo que nos ha dado una triste fama es la de ser un lugar en donde matan a alguien en la  calle un día si, y el otro también.

 

Pero concentrémonos en el Mexicable. A ver, yo me subí y mas allá de lo anécdotico que significaba ver aquello lleno de gente que al igual que yo hizo enormes filas nomas para ver que se sentía y como se veía desde allá arriba, además de las caras de sorpresa y susto en algunos casos una vez estando arriba. (No se siente feo, solo se balancea en ocasiones y al llegar a las estaciones desciende rápidamente, pero la falta de costumbre pues si hace que mis coterráneos, sobre todo los de mayor edad, sacaran el rosario y comenzaran con su  bola chica, bola chica,  bola grande).

 

Bueno pues más allá de eso he de decir que a primera instancia se ve una obra bastante segura, moderna, ecológica (funcionará con energía solar, o sea que cuando esté nublado no funcionará) y efectiva pues el recorrido que normalmente se hace a bordo de un microbús o combi en cuarenta minutos aquí se va a hacer en diecisiete, a un menor costo (seis pesos) y que además al llegar a su destino que es la Via Morelos conectará con autobuses del sistema Mexibus que por solo tres pesos más, nueve en total pues, llevaran a los pasajeros al paradero del metro Indios Verdes, destino común de los que habitamos este lado de la ciudad pues es la entrada al DF. En resumen un recorrido que antes hacían lo habitantes de San Andrés de la Cañada a un costo de doce pesos y en una hora mas o menos, ahora lo harán en unos treintycinco minutos más o menos, y  a solo nueve varos.

 

Falta ver, y prometo en un futuro platicarles de eso, la opinión de los que lo usen a diario, ya que funcione normalmente.

 

Mención especial merecen las pinturas murales y obras escultóricas con las que fueron decoradas las estaciones. Además de que los techos de muchas casas y edificaciones sobre las que pasa el Mexicable sirvieron como lienzos para varios artistas que igual, hicieron pinturas gigantes que le dan una vistosidad bastante peculiar al recorrido. Muy buena idea porque ni modo de nadamas ver azoteas con cachivaches, varillas salidas o tendederos con ropa agujerada, o gente asoleándose y no la de cuerpos mas estéticos.

 

Haría falta aprovechar las terminales los fines de semana como espacios para la música y la danza actividades culturales ambas de mucho auge en estos lares pues es tierra de magníficos músicos y donde también la danza folclórica ha tomado mucha fuerza a últimos años.

 

Acaso solo por eso, por ver las pinturas y darse un paseo en teleférico vale la pena para el resto de los habitantes de la Ciudad de México quienes no lo usarán como transporte publico sino que se pueden dar una escapada un fin de semana a estos rumbos y dar un buen paseo. Lleguen al metro Indios Verdes y tomen cualquier transporte que se vaya por la  Via Morelos y pídanles que los bajen en el Mexicable y papas. Ya que estén en Santa Clara visiten su templo, contemplen el arte, su hermoso retablo dorado, visiten las tradicionales pulquerías del pueblo o prueben la deliciosa barbacoa que aquí se prepara.

 

Así que como medio de transporte de manera cotidiana o como un buen paseo dominical, larga vida al Mexicable.

Deja un comentario